Alquimia corporal: la oxitocina y sus efectos en la salud
Como
si fuera una píldora mágica, esta hormona da placer, felicidad, quita
malestares físicos y mentales, promueve la unión y la generosidad, ¿qué
más puede hacer por ti? Checa la lista de abajo.
El cuerpo humano es un bio-radar que capta todas las señales de su
entorno. Cuando siente alguna amenaza, el cerebro alerta a toda la
estructura corporal por si hay que actuar o mantenerse en estado
preventivo.
El complejo mecanismo con el que la mente funciona aún
es indescifrable, y aun sabiendo el funcionamiento de las hormonas que
excreta el cerebro, la misteriosa conexión mente-cuerpo continuará
asombrando a científicos.
Una nueva investigación sugiere que la
oxitocina juega un papel crucial en la vida social de los humanos, no
sólo forja y estrecha nuestras relaciones, sino que ayuda a evitar
problemas psicológicos y fisiológicos. En años recientes se ha
demostrado que esta hormona es una parte medular en nuestra faceta
sentimental, y aquí hay 10 razones por las que la oxitocina es uno de
los mejores recursos que posee nuestra mente para salvaguardar nuestra
cordura.
Una de
las cosas más interesantes de esta hormona es que puede hacer uso de
ella en cualquier momento. Para ello, lo único que se necesita es
abrazar o estrecharle la mano a una persona. El contacto corporal hará
que tu cerebro libere bajas dosis de oxitocina, haciendo que ésta
fortalezca los vínculos afectivos.
Una
vez que una mujer comienza a percatarse de que es madre, la hormona
comienza a invadir su cerebro; incluso a la hora de parir, algunas
mujeres son medicadas con oxitocina, ya que esta estimula las
contracciones uterinas. Por si esto fuese poco, los bebés son
alimentados con altas dosis de la hormona a través de la leche materna,
haciendo que la relación madre-hijo sea inquebrantable y perpetua.
.
- Paradójicamente, inhibe la timidez
Dada
sus capacidades de mejorar la autoestima, de fortalecer la
autoconfianza y aumentar el optimismo, la oxcitocina ayuda a debilitar
la timidez. Los psiquiatras medican la hormona a aquellas personas que
sufren de ansiedad, estrés postraumático y trastornos de humor. Otro uso
que la ciencia comienza darle a la hormona, es en el tratamiento de
personas con autismo.
Estudios
han demostrado que el aumento en niveles de oxitocina puede aliviar
dolores de cabeza, calambres y malestares en general. El secreto está
justo en el momento en que se experimenta un dolor, pedirle a nuestra
pareja un juego íntimo y sexual que ayude a eclipsar nuestras
momentáneas afecciones.
Algunos
médicos la utilizan como método para contrarrestar la obesidad mórbida.
Estudios demuestran que la falta de oxitocina puede culminar en un
severo aumento de peso, ya que la deficiencia de la hormona se refleja
en transtornos metabólicos.
Las
madres que sufren depresión postparto, son medicadas con esta hormona.
Diversos estudios han revelado que las personas que son afectadas por
una severa depresión, sus niveles de oxcitocina son nulos o, en el mejor
de los casos, mínimos.
Posee
propiedades tan potentes que combaten significativamente la depresión,
entonces el estrés es una simple y vil tarea para la oxitocina. Gracias a
sus compuestos, la hormona puede reducir los niveles de cortisol, la
hormona del estrés.
Los
biólogos evolucionistas concuerdan con que los altos niveles de esta
hormona se reflejan en una sociedad más justa y empática. En un estudio,
las personas que compartieron su dinero con gente desconocida,
aumentaron su nivel de oxitocina.
Los
científicos la conocen como la “hormona del amor”, ya que es la
encargada de químicamente establecer conexiones íntimas entre los
amantes. Además, es aquella que provoca el deseo y la excitación sexual
por la pareja. Para los hombres es un motor químico para una erección
duradera, y tanto en hombre como en mujeres, en un orgasmo, la oxitocina
inunda el cerebro de los actantes.
Está
claro que si juntamos todos los beneficios que ofrece esta hormona,
serían las principales características que nos hacen seres humanos. Sin
ella la sociedad y las familias serían sólo un grupo sin ganas de vivir
y con pocos intereses en mantener relaciones personales.
Tomar oxitocina, ‘la hormona del amor’, acaba con timidez
Científicos
comprueban que la oxitocina ayuda a las personas tímidas o hasta
autistas a empatizar y mejorar sus hablidades sociales.
La
oxitocina, llamada la ‘hormona del amor’, ha logrado superar la
inhibición social en un reciente experimento científico. La oxitocina,
según investigadores del Centro Seaver de investigación para el Autismo
en Israel y de la Universidad de Columbia, ayuda a relacionarse y a
empatizar a las personas tímidas. Para las personas que son naturalmente
seguras no tiene efectos significativos.
En una prueba conducida
con oxitocina vía nasal en forma de spray y un placebo con 27 sujetos
experimentales, aquellos que recibieron la sustancia, y que de antemano
eran menos competentes en cuestiones de socialización obtuvieron mejores
resultados en una prueba de empatía y en otra de competitividad social.
Las personas que habían previamente tenido buenos resultados en estas pruebas no obtuvieron mejorías.
Esta
sustancia se había promovido como una “droga del amor” que funciona
para todo tipo de personas; los estudios refutan esta idea, aunque
confirman que tiene un uso prometedor para personas muy tímidas o
incluso autistas.
La oxitocina es una hormona mammalia que también
actúa como neurotransmisor, es producida especialemente en el parto, y
después del orgasmo, como una estela vinculante. En la mujeres se genera
también al libar prolongadamente sus pezones; los hombres también
reciben una descarga después del sexo, pero al parecer la testosterona
baja un poco los efectos.
fuente:
http://pijamasurf.com/2010/09/tomar-oxitocina-la-hormona-del-amor-acaba-con-timidez/
¿Porqué encontramos atractivas a
determinados personas, cómo nuestros cuerpos ansían enamorarse, por qué
al amor se le puede considerar casi como una droga, y por qué las
parejas locamente enamoradas, bajo otras circunstancias, podría
considerarse que sufren un desorden obsesivo compulsivo?
La
química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones
emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química
(hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen
que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que
explican buena parte de los signos del enamoramiento.
Aunque
nos atraen las personas con rasgos similares a los nuestros tendemos a
elegir el olor de aquellas que tienen un sistema inmunológico muy
distinto. Y por un lado es una suerte porque evita que nos enamoremos de
nuestros familiares. Nuestra biología nos guía para encontrar un
compromiso entre la igualdad y la diferencia y siempre encontramos el
equilibrio perfecto, no sólo cuando elegimos las caras y los olores. La
llamada teoría de la correspondencia puede resumirse en la frase: "cada
cual busca la pareja que cree merecer". Parece ser que antes de que una
persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde
completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará
enamorarse de una persona y no de otra. Además,
incluso INFLUYE el tipo sanguineo (A, B, AB, O), provoca atraccion con las personas del mismo tipo y no de las demas.
El acto y la actividad sexual liberan oxitocina, una hormona que, entre otras cosas,
ayuda a las personas a congeniar. Esta necesidad de congeniar se ve
bastante satisfecha con la oxitocina, por lo cual cualquier persona que
incremente sus niveles no requerirá de mucha atención por parte de los
otros. Estará bien y completa por sí misma.
Artículo completo en: http://pijamasurf.com/2014/05/cinco-maneras-de-saber-si-una-mujer-tuvo-sexo-recientemente/
¿La biología guía nuestra vida amorosa? Después del orgasmo el sistema límbico del cerebro libera una hormona especial llamada
oxitocina.
Esto sucede en una parte del cerebro en la que sentimos el placer
emocional. La oxitocina hace que la pareja se sienta más vinculada y
cercana emocionalmente, pero también existen algunas diferencias entre
el cuerpo del hombre y el de la mujer. Algunos científicos creen que
cuando la oxitocina se combina con una determinada hormona femenina, los
estrógenos, la mujer se siente muy cariñosa y conversadora. Pero cuando
la oxitocina se mezcla con una hormona masculina, la testosterona,
puede provocarle al hombre una necesidad incontenible de dormir. Todos
sabemos que podemos tener relaciones sexuales sin enamorarnos, pero si
se tienen suficientes relaciones con la misma persona hay muchas
posibilidades de que esta bomba de relojería de hormonas nos haga perder
la cabeza por alguien. El cuerpo hace lo posible por unirnos a nuestra
pareja, pero eso precisamente lo convierte en una gran adicción. Todo
aquello que tiene que ver con el amor, desde el maternal hasta el
curioso hecho de que algunos logren permanecer felices por décadas con
la misma pareja, o que otros sean incapaces de jamás forjar una relación
duradera, es culpa de una hormona. Al parecer, las cosas del amor no
son tan caprichosas como aparentan. Según el experto en el cerebro de la
Universidad de Edimburgo, Gareth Leng, la hormona oxitocina ayuda a
forjar lazos permanentes entre amantes tras la primera oleada de
emoción. La hormona actúa "cambiando las conexiones" de los miles de
millones de circuitos cerebrales. Al explicar cómo se enamora el
cerebro, Leng señala que la oxitocina ayuda a afianzar el vínculo entre
una madre y su bebé, y se produce tanto durante un parto como un
orgasmo. Mientras que el instinto de reproducirnos nos hace sentir la
pasión del amor, en el caso contrario, cuando lo perdemos, podemos
acabar sintiéndonos deprimidos. Cuando estamos enamorados o locos por
alguien... el cóctel químico del organismo puede hacernos perder la
razón, pero ¿por qué?. Es posible que tengan que ser los cientificos
quienes respondan a las preguntas: cuánto dura la pasión, es el amor
para toda la vida o es sólo un sistema de defensa que asegura la
supervivencia de la especie humana.
Produciendo nuestras propias drogasSabes
que puedes producir tus propias drogas, sin tener que sembrar amapolas,
marihuana o comprar cocaína?El cerebro, movido por las emociones,
produce sustancias químicas que hacen que la persona eleve su
autoestima, experimente sensación de euforia, se sienta animada, alegre y
vigorosa, sin necesidad de tomar, inyectarse o fumar nada.Estas
sustancias que produce el cerebro, denominadas hormonas endógenas (ya
que se producen en la corteza cerebral) bien podrían llamarse "drogas de
la felicidad". Algunas de ellas son:La
oxitocina, que se produce cuando existe un amor pasional y se relaciona con la vida sexual.La
dopamina, que es la droga del amor y la ternura.La
finilananina, que genera entusiasmo y amor por la vida.La
endorfina, que es un trasmisor de energía y equilibra las emociones, el sentimiento de plenitud y el de depresión.La
epinefrina, que es un estímulo para el desafío de la realización de metas.Si
hay abundancia de estas hormonas endógenas, hay inteligencia emocional e
interpersonal; la persona se siente ubicada, sabe quién es, a dónde va;
controla sus emociones, conoce sus habilidades y sus talentos y se
siente dueña de sí misma.
¿Cuándo y cómo se crean estas drogas internas? Se
han realizado descubrimientos como estos:Cuando una mujer va a dar a
luz, se vuelve altamente dopamínica; es decir, genera una cantidad
enorme de dopamina (la droga del amor y la ternura).Cuando estamos
enamorados, la dopamina aumenta 7000 veces su cantidad, acompañada de la
oxitocina, responsable de la pasión sexual y de las fenilananinas,
responsables del entusiasmo, bloqueando el aspecto de la lógica y la
razón.En los recién casados, se produce gran cantidad de oxitocina, que
es responsable del amor pasional. Por eso ellos irradian felicidad, se
sienten plenos, alegres y motivados.Como vemos, la felicidad no es algo
vago e impreciso, ni una sensación nebulosa: es el efecto de un flujo
correcto de sustancias químicas que proporcionan al ser humano su
equilibrio físico y psíquico. Así, la felicidad se puede incrementar por
medio de las siguientes actitudes o actividades, todas productoras de
estas "drogas" internas:Amar y disfrutar apasionadamente lo que hacemos.
Tener relaciones con personas que nos motivan y enriquecen nuestra
fuerza vital.Tener una autoestima positiva y un sentido del valor
personal. Trabajar y lograr pequeñas o grandes metas. Descansar y dormir
profundamente. Manejar adecuadamente el estrés.Hacer ejercicios
regularmente: "mente sana en cuerpo sano".Recordar los momentos felices
de nuestra vida, ya que en esos momentos la mente no distingue entre lo
real y lo imaginario.El secreto está dentro de nosotros. Sentirnos
felices es, en parte, una cuestión de actitud hacia la vida: las drogas
de la felicidad no se consiguen en el exterior, sino que son creadas
mediante una vida llena de amor, entrega, optimismo,
ejercicio,satisfacción personal ante el logro de metas y vocación y
devoción por lo que se hace....
"Un estudio explica por qué el amor es ciego"En
un reciente trabajo de unos investigadores de la Universidad College de
Londres, se dedicaron a captar imágenes de cerebros enamorados.Ya
hace tiempo que la ciencia ha descubierto que ante la visión del ser
amado se activan determinadas zonas del cerebro, entre ellas el córtex
anterior cingulado, que también responde al estímulo de drogas
sintéticas produciendo sensaciones de euforia; pero lo sorprendente del
nuevo estudio es que además,
las áreas encargadas de realizar juicios sociales y, por tanto, de someter al prójimo a valoración, se inactivaban. Ante nuestro amor, nos volvemos "ciegos" o, por lo menos, bajamos la guardia.Pero
es que el ser humano, como todos los animales, ha tenido que encontrar
los mecanismos evolutivos para perpetuar la especie. Y el enamoramiento
está entre estos mecanismos, un proceso bioquímico que se inicia en el
cerebro, y que tras la desbordante secreción de neurotransmisores,
activa glándulas y respuestas fisiológicas a velocidad de vértigo, con
la finalidad de que acabemos reproduciéndonos.Trabajos anteriores
han explorado otras líneas de investigación y han aportado interesantes
datos sobre las causas y los efectos del amor. Hasta ahora se sabe, por
ejemplo, que la
feniletilamina (FEA), una anfetamina que segrega
el cuerpo humano, es una de las principales sustancias implicadas en el
enamoramiento. Este compuesto activa la secreción de dopamina -un
neurotransmisor implicado en las sensaciones de deseo y que nos hace
repetir lo que nos proporciona placer- y de oxitocina -ésta implicada,
entre otras funciones, en el deseo sexual-. Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de
dopamina (neurotransmisor
responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la
capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona
placer),
norepinefrina y oxiticina (además de estimular las
contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser
además un mensajero químico del deseo sexual), y comienza el trabajo de
los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en
síntesis: se está enamorado. Estos compuestos combinados hacen que los
enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras
conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño. En definitiva,
nos sentimos bien con nuestro amor, estamos sumamente eufóricos y
excitados, necesitamos a la persona con la que estamos, como si de una
droga se tratara, porque nos proporciona placer, y nuestra capacidad
para juzgarla se reduce hasta la nada.
Cuando termina la pasion...Pero
la síntesis de FEA no puede prolongarse durante mucho tiempo, entre
otras cosas porque moriríamos de extenuación, y tras dos o tres años sus
efectos desaparecen, sin apenas dejar rastro. Es entonces cuando nos
enfrentamos a la tremenda realidad y, sobrevienen los defectos que
otrora no vimos. Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a
los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se
desvanece gradualmente, la fase de atracción no dura para siempre y
comienza entonces una segunda fase que podemos denominar de pertenencia
dando paso a un amor más sosegado. Se trata de un sentimiento de
seguridad, comodidad y paz. Dicho estado está asociado a otra DUCHA
QUÍMICA. En este caso son las endorfinas -compuestos químicos naturales
de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos- los que
confieren la sensación común de seguridad comenzando una nueva etapa, la
del apego. Por ello se sufre tanto al perder al ser querido, dejamos de
recibir la dosis diaria de narcóticos. Los motivos que explican por qué
nos enamoramos de una persona y no de otra no están bien establecidos,
aunque deberemos confiar en que las leyes psicológicas que rigen la
elección tengan también una buena base evolutiva y, si no es mucho
pedir, que sean sensatas ante las posibilidades de ser
correspondidos. Otra cosa es ya, si entre tanta precisión biológica,
queda lugar para el romanticismo. Pero no os preocupeis, pronto
descubrireis que el romanticismo seguirá existiendo en toda su plenitud,
solo que ahora tendremos una explicacion cientifica a ciertas
reacciones fisicas y emocionales, solo eso, pero creo que el amor va a
continuar siendo ciego de momento. La oxitocina, conocida como hormona
del cariño, genera lazos afectivos: Montemayor
Un solo abrazo desencadena las sustancias que mitigan el estréshttp://www.jornada.unam.mx/2011/02/14/index.php?section=sociedad&article=041n1socAcariciar
a una mascota logra disminuir la tensión arterial, la ansiedad e
incluso la depresiónPara los humanos, el contacto físico es una
necesidad, una fuente de bienestar que los hace sentir protegidos,
amados y reconocidos por el otro. Tan sólo un abrazo desencadena
sustancias químicas que ayudan a reducir el estrés y a entablar lazos
emocionales. La piel posee receptores sensitivos que envían señales a la
corteza cerebral. Este mecanismo permite percibir frío, calor,
caricias, cosquillas, pellizcos y si una superficie es suave o
áspera. Georgina Montemayor, académica del departamento de anatomía de
la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México,
explica que al recibir un abrazo, un apretón de manos o una caricia, el
cerebro libera oxitocina, también conocida como hormona del cariño, la
cual permite el apego y que los seres humanos se busquen los unos a los
otros. Cada zona del cuerpo está representada en la corteza cerebral:
párpados, orejas, pies, órganos sexuales, piernas, nuca. Por eso donde
nos toquen vamos a sentir, aunque hay partes, como manos y labios, que
ocupan mayor espacio en la corteza cerebral, por tanto, son más
sensibles al estímulo. Con ayuda de la resonancia magnética (que permite
hacer imágenes del funcionamiento del cerebro), los científicos han
observado que al recibir un abrazo, un apretón de manos o una caricia se
libera oxitocina. Esa sensación de bienestar con un amigo, los padres o
la pareja se logra gracias a la oxitocina y a la vasopresina, que se
parecen mucho.
La segunda aparece más en hombres y la oxitocina
la produce más el sexo femenino. Eso explica por qué las mujeres pasan
gran parte del tiempo con amigas y por qué les gusta, entre otras cosas,
ser abrazadas constantemente y reafirmar su confianza mutua. Para que
un abrazo produzca oxitocina suficiente para una mujer debe durar cuando
menos un minuto, y tiene que ser tranquilo, no como los que dan muchos
hombres, con palmadas o golpecillos en la espalda. Las mujeres no
abrazan así, incluso hasta nos mecemos al abrazar; a los varones esa
cercanía los pone nerviosos. Estudios científicos internacionales han
demostrado lo relevante que es para los mamíferos el contacto físico.
Monos bebés fueron separados de sus madres y colocados en jaulas con dos
sustitutas artificiales: una figura de alambre que les proveía leche y
otra de felpa que no los alimentaba. La sorpresa de los investigadores
fue grande al descubrir que las crías se acercaban con mayor frecuencia a
esta última. El contacto con la felpa satisfacía su necesidad de
consuelo. La especialista de la FM destaca que el ser humano no puede
desconocer la principal herencia de los mamíferos: vivir en grupo. Para
eso necesitamos lazos, que se logran gracias a la oxitocina. Durante la
Segunda Guerra Mundial se crearon albergues para los pequeños, sobre
todo recién nacidos, que habían perdido a sus padres. Las enfermeras los
bañaban, vestían y alimentaban; sin embargo, muchos bebés morían pronto
por la falta de contacto físico estrecho. Los niños necesitan abrazos,
caricias, entre otras expresiones del amor materno para sobrevivir.
Otros
estudios muestran que gran parte de la depresión de los ancianos se
debe a la ausencia de contacto físico con otras personas y no a la falta
de sexo. La oxitocina genera una sensación de bienestar y calidez. El
cerebro del recién nacido establece el contacto visual con la madre por
la oxitocina. Ésta tiene funciones fuera del cerebro: en las mujeres
aparece en el momento previo al parto, es necesaria para contraer el
útero y expulsar al producto; cuando nace el niño hay altos niveles de
oxitocina en cuerpo y cerebro. Esto genera apego, pero también pérdida
de la memoria; quizás por eso las mujeres se vuelven a embarazar y no
recuerdan cuán doloroso fue el parto. Pero esta sustancia no sólo
aparece durante el contacto físico con el ser amado, amigo o familia,
sino también se produce en la interacción con mascotas. “Si durante una
semana todos los días al llegar a casa acaricias la panza del perrito,
te verá a los ojos en busca de apego. Y a ti, sólo por acariciarlo, se
te baja la tensión arterial y la ansiedad, y si estás deprimido,
disminuye un poco la depresión.. Sin embargo, esa sensación no se
presenta cuando existe contacto con persona que acabamos de conocer,
pues es necesario que se generen vínculos afectivos, concluye la
investigadora.
Fuente:
http://www.psikologia.com/bioquimica.htm
5 inesperadas formas en que la oxitocina afecta tus comportamientos sociales
La
oxitocina es una hormona clave en nuestro comportamiento social; aquí 5
situaciones que explican, así sea parcialmente, la manera en que nos
conducimos ante los otros.
La oxitocina es una hormona que
nuestro cuerpo produce naturalmente y cuya reacción química está
asociada sobre todo con actos sexuales y de maternidad o paternidad,
aunque al parecer su presencia en asuntos amorosos es un tanto más
amplia y detallada, incluso en conductas tan elementales como el
contacto corporal.Así, ésta que también se conoce como la “hormona
del amor”, es una sustancia indispensable en nuestras interacciones
cotidianas. Como en otros casos, aquí la indisociable relación entre
individuo y comunidad se expresa por medio de una serie de efectos
químicos visibles a través de nuestras acciones. Conductas como la
fidelidad, el apego o la manera en que recibimos un triunfo o un fracaso
son, sí, resultado de nuestra educación y nuestro desarrollo en
determinado medio, pero también, en algún punto, respuesta a las
reacciones que suceden en el interior de nuestro cuerpo.
A continuación, vía
Alternet, compartimos 5 situaciones en que la oxitocina es un elemento clave de la interacción social.
1. Lealtad
La
relación entre un hombre y una mujer puede ser, por momentos, bastante
primitiva. Al menos así lo mostró un experimento que investigadores
alemanes realizaron en 2012, en el cual 57 hombres, solteros y con algún
tipo de compromiso con una mujer, recibieron una rociada de oxitocina o
de un placebo por debajo de su nariz; acto seguido fueron enviados a
entrevistarse con una mujer joven y atractiva, quien les haría preguntas
más bien triviales. El verdadero objetivo era observar qué tan cerca se
colocaban los hombres de la mujer mientras hablaban.
De acuerdo
con el estudio, los hombres en una relación y con oxitocina en su nariz,
se mantuvieron cautamente alejados de la chica que tenían enfrente. Los
hombres también comprometidos con el placebo se acercaban un poco más
y, finalmente, los solteros parecían estar de lleno sobre la mujer.
2. Malos ganadores, peores perdedores
El
gusto por la competencia y la rivalidad, no pocas veces desenfrenado en
ciertas personas, así como la manera en que aceptamos una victoria o
una derrota, están relacionados con los niveles de oxitocina de nuestro
organismo. Varias investigaciones han encontrado que durante un juego
como el poker, la glándula pituitaria posterior secreta oxitocina
conforme la partida se desarrolla, con lo que afecta las reacciones de
bienestar y de malestar según se gane o se pierda.
En particular
una investigación de la Northwestern University juntó 3 grupos de
ratones en una misma jaula, el primero con más receptores de oxitocina
de lo normal, el segundo sin receptores y el tercero en condiciones
normales. En una primera fase, el grupo con más receptores sometió al
resto hasta que fueron separados de nuevo. Seis horas después los
volvieron a reunir y, para sorpresa de los científicos, los ratones que
carecían de receptores de oxitocina no recordaban que habían sido
dañados por sus compañeros de jaula.
Una de las conclusiones fue
que la oxitocina y su reacción en el septum lateral se relacionan
también con nuestra memoria social y los recuerdos de las personas o las
situaciones en las que nos lastimaron de alguna manera o, por el
contrario, de aquellas en las que recibimos algún tipo de cuidado.
De
ahí que, por ejemplo, mientras ganemos, sintamos que todos a nuestro
alrededor son amigos, pero si perdemos, sospechemos de nuestros rivales y
secretamente creamos que están haciendo trampa.
3. Cooperación
Si
la cooperación es uno de los comportamientos que distinguen a la
naturaleza humana y también la de otros animales, ella se debe a la
oxitocina. Aunque, paradójicamente, por un efecto más bien egoísta. Un
estudio realizado en marzo de este año con chimpancés encontró que el
acto de rascar la espalda de otros monos en busca de insectos genera en
quien lo realiza una descarga de oxitocina que, a su vez, se traduce en
una descarga de tranquilidad, relajamiento e incluso placer. Así, las
muestras de compañerismo reportan también una ganancia individual.
Sin
embargo, la investigadora Mirre Stallen descubrió también que este
efecto podría presentarse únicamente entre grupos que ya se relacionan
entre sí. En el caso de personas que no se conocen y de pronto tienen
que realizar una labor compartida, la oxitocina provoca que la persona
prefiera realizarla a solas, y recele de elegir un líder que dirija el
trabajo.
4. Preferencia del grupo al que se pertenece
En
2011, el investigador holandés Carsten De Dreu realizó un experimento
en el que dosificó oxitocina a dos grupos de voluntarios para después
preguntarles su opinión sobre asuntos nacionales como la prostitución,
las políticas públicas sobre el uso de drogas e incluso los tulipanes
que tanto caracterizan a los Países Bajos. El resultado fue que el grupo
bajo los efectos de la oxitocina tendía a considerarlo todo bien y aun
por encima del resto del mundo.
Esta reacción, sin embargo, fue
acotada por un estudio del economista Paul Zak, de la Claremont Graduate
University, quien reunió a algunos estudiantes enrolados también en
grupos de cadetes y baile. Los voluntarios realizaban algunas marchas y
danzas al tiempo que el equipo de Zak les extraía un poco de sangre,
para después participar en juegos en los que podían ganar en promedio 65
dólares cada uno, que podían donar a distintos grupos de caridad. El
objetivo era, por un lado, con la actividad física, aumentar los niveles
de oxitocina en su cuerpo y, por otro, con el drenado de sangre, volver
impredecible a qué caridad darían su dinero, lo cual finalmente se
cumplió, pues de los 400 participantes no pudo extraerse un patrón que
estuviera relacionado con el sentimiento de pertenencia al grupo del que
provenían o la generosidad y el desapego. Si acaso, el estudio mostró
una tendencia a relacionar marginalidad y sectarismo: mientras más
marginado se sentía un grupo dentro del campus, más se cerraba sobre sí
mismo, e incluso podía mostrar ciertas actitudes agresivas hacia otros.
5. La oxitocina nos hace confiar en otros, pero no nos ciega
El
complejo sistema químico involucrado en nuestro comportamiento nos
explica, pero es solo una de las piezas de nuestra conducta cotidiana.
En el caso de la oxitocina, ésta nos vuelve más liberales con los demás,
nos hace confiar en los otros, aunque tampoco hasta el exceso. El
placer de sentirse parte de un grupo puede terminar si la conciencia
advierte que se vulneran principios en los que creemos (éticos,
empáticos, entre otros).
“Tenemos que estar en el entorno adecuado para ser virtuosos”, concluye Paul Zak.
Fuente:
http://pijamasurf.com/2013/11/5-inesperadas-formas-en-que-la-oxitocina-afecta-tus-comportamientos-sociales/
La importancia de la oxitocina (en el deporte como en el amor)
¿Será la “hormona del amor“ el nuevo doping legal del
futuro de los deportes? Investigaciones muestran que la oxitocina puede
mejorar el desempeño de un deportista
A primera
vista quizás no resulte evidente la importancia que tiene la oxitocina
en cualquier tipo de competencia o desempeño físico. ¿Qué tiene que ver
un grupo de hombres dando patadas para intentar llevar una pelota a una
red con una madre amamantando dulcemente a su hijo?… Más evidente es la
importancia de la testosterona en una competencia –hormona que no solo
aumenta la confianza y agresividad, aumenta la velocidad de reacción.
Pero al parecer la oxitocina, conocida como la hormona del amor (hormona
de la socialización, quizás sería un mejor término), también juega un
papel importante en el desempeño de los atletas, especialmente cuando se
encuentran en el marco de un equipo.
La oxitocina promueve las
relaciones intersociales, hace que las personas se gusten: las madres
que acaban de tener un hijo están llenas de la hormona –o las parejas
recientemente formadas–; la oxitocina sirve para vincular y consolidar
una relación. Hasta hace poco no se pensaba que esta neuropéptido jugara
también un papel de los deportes de competencia. Pero tiene una clara
lógica. Como dice Gert Jan Pepping, autor de un nuevu estudio científico
sobre la oxitocina y la competencia, “Ser parte de un equipo involucra
emociones, como cuando un equipo anota, y esas emociones están asociadas
con químicos cerebrales”.
Para el estudio en cuestión se
revisaron múltiples partidos definidos vía tandas de penalties en
diferentes torneos internacionales de futbol. Los investigadores
hallaron que cuando los tiradores celebraron sus goles con gestos como
levantar los brazos, el tirador siguiente tuvo mayor efectividad en su
disparo que cuando no hubo un gesto conspicuo en la celebración. Esto,
explica Pepping, podría tener que ver con una “transferencia emocional”:
la exitación de una persona genera una serie de reacciones bioquímicas
entre la gente que lo rodea (¿quizás a través de las neuronas espejo?).
Un tirador con una descarga de oxitocina en el cerebro debería de tirar
mejor un penalty.
Aunque es difícil de cuantificar esto, en el
2008 un estudio descubrió que corredores de larga distancia tenían
mayores niveles de oxitocina después de completar un maratón que antes.
Y, como reporta el New York Times, un estudio reciente muestra que
roedores de la pradera que se ejercitaron por seis semanas aumentaron su
producción de oxitocina y rápidamente se aparearon con hembras
disponibles, mientras que los machos que no hicieron ejercicio no
mostraron interés en una pareja.
Otro de los aspectos por los
cuales la oxitocina podría mejorar el desempeño de un deportista, es
que, como en cualquier otro aspecto de interacción con otras personas,
en los deportes es importante poder leer el lenguaje corporal de
compañeros y oponentes para poder reaccionar anticipadamente o tomar
alguna decisión. La oxitocina facilita la capacidad de leer las
emociones de los demás, a la vez que aumenta la sensación de pertenencia
dentro de un grupo y el rechazo para aquellos que amenazan ese grupo.
En
los últimos años hemos visto la proliferación de la celebración como
parte importante de los espectáculo deportivos. Esto más allá de la
atención televisiva que se le da a estos festejos, podría tener que ver
con que aumentan los niveles de oxitocina de un equipo. Algo que incluso
podría aprovecharse sistemáticamente para mejorar el desempeño de un
conjunto. El contacto físico –abrazos, besos, caricias– también aumenta
los niveles de oxitocina, por lo que, aunque quizás no sea bien visto
por algunos fanáticos homofóbicos, un equipo que constantemente esté
tocándose podría tener una ventaja competitiva. A fin de cuentas es la
química de un equipo lo que los lleva a ganar.
http://pijamasurf.com/2012/11/la-importancia-de-la-oxitocina-en-el-deporte-como-en-el-amor/